NO TODO ES DERECHO EN LA VIDA DEL ABOGADO.

Después de un 2024 repleto de cambios en el plano personal, me pregunté si todo lo que aplico a mi vida como abogado está directamente vinculado al derecho y las normas.
La respuesta apareció al iniciarme en el nivel 1 y 2 de Reiki Usui, una técnica de sanación milenaria redescubierta por Mikao Usui en 1922, de la mano de mi maestro, Lic. Ezequiel Sorrentino.
«Rei» significa espíritu, milagroso, divino; «Ki», energía vital, consciencia.
Durante los 21 días de auto tratamiento inicial para sensibilizarme con la técnica, me observé en mi despacho de FVR&C Abogados, a solas, escuchando frecuencias de 963 Hz mientras abordaba un caso contractual complejo. Ahí tomé consciencia: hacía semanas que, sin saberlo, venía aplicando los 5 principios universales del Reiki.
TAN SOLO POR HOY:
1) NO TE ENOJES.
Este principio debería enseñarse en la universidad. Nuestra profesión exige una gestión emocional constante. Abogamos, sí, pero también jugamos un rol, y quien está del otro lado también lo hace. El enojo, cuando aparece, es una señal para observarnos, no para reaccionar.
2) NO TE PREOCUPES.
La preocupación paraliza. Lo importante es ocuparse. Enfocar nuestra energía en nuestro cliente, en la solución, en nuestro accionar, no en el miedo ni en el juicio externo.
3) SÉ AGRADECIDO.
Uno de los principios más poderosos. Agradecer a nuestros maestros, las experiencias (incluso las difíciles) y todo lo que nos ayudó a evolucionar. Agradecer no es repetir: es integrar, transformar y avanzar.
4) TRABAJA DILIGENTE Y HONRADAMENTE.
Cumplir con nuestras obligaciones y crecer en el proceso. Trazar metas, superarlas, y actuar con justicia, para con los demás y con uno mismo.
5) SÉ AMABLE CON TODOS LOS SERES.
La amabilidad con colegas, personal judicial, clientes y uno mismo no debería ser opcional. En el derecho, como en el deporte, hay triunfos y derrotas. Hoy estás de un lado; mañana, del otro. La empatía es clave.
Meses después, sentí la necesidad de compartir esto, especialmente con mis colegas. Porque no todo es derecho en la vida del abogado.
La formación técnica es esencial, pero también lo es la emocional. Gestionar el estrés, las emociones y la presión nos permite mirar los conflictos con mayor humanidad y menos carga personal.
La práctica del derecho puede ser más consciente. Más conectada. Más humana.
Bruno Radici

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